El sistema de evaluación de la calidad cumple 6 años

Aspar la Besana y Asprona León son las entidades de la región que ya se han certificado
La entrada en este Sistema supone una oportunidad de mejora a la que pueden sumarse entidades de todo tipo, sea cual sea su tamaño, nivel de recursos o circunstancias concretas. La acreditación en la primera de sus fases supondrá un requisito para pertenecer a FEAPS.
Entidades acreditadas esta primera fase de Compromiso aseguran que ha supuesto una mejora sustancial en la gestión de sus apoyos y servicios, y animan al resto a incorporarse al Sistema.
Hoy celebramos el 6º aniversario del Sistema de Evaluación de la Calidad FEAPS, una iniciativa que surgió para implicar a las entidades de FEAPS en procesos de mejora mediante los cuales vayan incorporando el Modelo de Calidad FEAPS a sus estrategias, y la gestión de sus actividades.
Este sistema supone un recorrido progresivo por el camino de mejora continua hacia la Calidad FEAPS. Es aplicable a todas las organizaciones de este movimiento asociativo, con independencia de su tamaño o sus características y circunstancias concretas. Este recorrido se compone de cuatro etapas:
Compromiso, Despliegue, Calidad y Excelencia.
Hace 3 años, en 2010, FEAPS celebró un Congreso en el que se redefinieron muchas de sus estrategias, llamado ‘Toledo 10’. Una de las decisiones más relevantes de ese gran encuentro fue el establecimiento de unos requisitos mínimos de pertenencia a FEAPS, entre los que destaca el acceso a este sistema de evaluación de la calidad en su primera fase, que se llama “de compromiso”. En la actualidad, 20 entidades de FEAPS ya han accedido al sistema en esta fase, y antes del fin de 2015 deberán hacerlo el resto de organizaciones del movimiento asociativo.
Tres de estas entidades son ASPRONA León, Aspar La Besana (ambas en Castilla y León) y PRODE (miembro de FEAPS Andalucía). En la primera de ellas, Pedro Barrio, su responsable de Calidad, destaca la labor de autoevaluación propuesta en esta fase como “enriquecedora para todos” y anima al resto de organizaciones a “trabajar bajo un sistema de calidad porque lleva implícita una mejora”. Por su parte, Emilio del Prado, de Aspar La Besana, afirma que el esfuerzo que supone entrar en el sistema “merece la pena. Destaca como prioridad el trabajo en igualdad de condiciones de los tres grupos implicados en su puesta en marcha (personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, familiares y profesionales). Además, asegura que “los cambios se ven muy rápido, lo que anima a seguir trabajando en el sistema”.
En PRODE, su directora asistencial, Ana García Ruíz, explica que en esta entidad, la entrada en el sistema “ha supuesto un cambio cultural, un compromiso permanente de mejora continua en los procesos, incidiendo fundamentalmente en todos aquellos que impactan directamente en la calidad de vida de nuestros clientes y familias”. Esto ha planteado mejoras sustanciales en la autodeterminación y la participación de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo dentro de la entidad, el impulso del servicio de apoyo a familias, la sensibilización sobre discapacidad, la mejora de la accesibilidad cognitiva en centros y servicios, la puesta en marcha de un servicio de ocio inclusivo, la creación de un plan de personas de la organización o el establecimiento de un sistema integral de gestión.